La carretera más peligrosa del mundo
En la década de los años 30 del siglo pasado, durante la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, prisioneros paraguayos construyeron una angosta vía de 64 km para unir la ciudad de la Paz con la selva amazónica del norte del país, a más de 4.000 metros de altitud en los Andes bolivianos.
La carretera, por llamarla de alguna manera, es un serpenteante camino sin asfaltar que bordea precipicios de 800 metros de caída al vacío en la franja subandina boliviana.
Su recorrido se caracteriza por pendientes pronunciadas (tiene un desnivel de 3.600 metros), su estrechez -con un ancho que a veces no supera los tres metros- y la falta de guardarraíles hacen que sea verdaderamente peligrosa para los camiones y autobuses que se atreven a circulan todavía por ella.
En la zona, además, son habituales la lluvia, la niebla, el barro y el desprendimiento de rocas. Pertocando muchas veces a los propios usuarios de la vía quienes han de descender de sus vehículos y con sus palas reestablecer el camino.
En el año 1995 el Banco Interamericano de Desarrollo la declaró la carretera más peligrosa del mundo. Habiéndose registrado durante años un promedio anual de unos doscientos accidentes y casi un centenar de víctimas mortales, por lo que desde hace décadas se la conoce tristemente como el Camino de la Muerte.
Afortunadamente, en 2006 el gobierno boliviano construyó una nueva vía alternativa más segura, por lo que muchos vehículos dejaron desde entonces ya de usarla. A día de hoy es frecuente encontrarse con grupos ciclistas con bicicletas de montaña en su peligroso y temerario descenso.
